MARIO ELGUE: CORRUPCIÓN Y DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL

 

Escribe Mario Elgue

En nuestra habitual columna de los jueves por Radio Las Flores, hicimos un paralelo entre la espontanea explosión de alegría por la llegada a la final de la Selección Nacional de Futbol, contrastando con algunas manifestaciones políticas oficiales, generalmente armadas a partir de aparatos rentados.

La legítima algarabía por el desempeño de nuestro equipo de fútbol -que cruzó transversalmente a clases y credos políticos- lamentablemente será transitoria. Aunque no son pocos los que pretenden que el mundial tape la grave situación económica y social de nuestro país. Y hasta se intenta naturalizar la evidente corrupción del kirchnerismo en el poder con el cínico argumento de que el robo no tiene remedio: para estas expresiones fanatizadas todos los partidos políticos que llegan al poder delinquen de una u otra manera.

Obviamente que ello no es así: hay una amplia mayoría de gente de la política (del oficialismo y de la oposición) e incluso de las dirigencias empresarias, sindicales y sociales que actúa con honestidad. Y, en todo caso, para algunos procederes non santos del accionar partidario habría que efectivizar una ley de financiamiento de la política, que ponga a todos los espacios partidarios en un plan de igualdad, evitando sponsors empresarios y/o corporaciones financieras que suelen aportar para las campañas (para la política y para los bolsillos personales de los más prominentes dirigentes y sus allegados), generando luego la sospecha de que más tarde vendrán las presiones de esos “financistas” para obtener favores y prebendas.

Lo que sí es evidente es que la condena de la justicia a 6 años a la Vicepresidente y su inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos, agrega más desconfianza y descalificación hacia la política en general. Y no hay pocos compatriotas que -ante estos y otros hechos irregulares, protagonizados mayoritariamente por el oficialismo- vuelven a insistir en aquello de “que se vayan todos”.

De todos modos, es importante señalar que esta condena en 1era instancia no proscribe a la Sra. Vicepresidente, ya que la condena no está firme (faltan la instancia de la Casación y de la Corte). Ella estaría en condiciones de presentarse en el 2023, habiendo renunciado a ello, quizás por la tremenda mancha en su reputación que implica esta confirmación judicial de sus delitos de defraudación al Estado en la causa Vialidad.

En los aspectos económicos, que son el tema central de nuestra columna, no es posible dejar en un cono de sombra que siguen faltando dólares y que es muy preocupante la billonaria deuda en pesos. La inflación sigue siendo muy alta, más allá de que los llamados “precios justos” logren momentáneamente neutralizar el aumento de las tarifas desreguladas y arrojen un número mensual menor al del mes anterior. Otros de los ítems preocupantes son los faltantes de insumos, piezas y productos importados y el atraso en el pago de las importaciones, en alrededor de 9.000 millones de dólares.

Siempre está al acecho que emerja una devaluación abrupta, ya que se calcula un dólar oficial atrasado en un 25% y la tremenda sequia compromete el ingreso de dólares por las exportaciones de 2023.

Y discurso duro K al margen (tal vez para aquietar a la tribuna propia), se sigue con el plan ortodoxo del Fondo Monetario Internacional, con un gasto público real a la baja, lo mismo que con una emisión monetaria más atenuada, con devaluaciones selectivas para recaudar dólares para el Bco. Central.

¿Cómo vinculamos los aspectos políticos con la dimensión económica y social? Creemos que ambos se entrelazan porque no puede haber estabilidad económica y cambiaria duradera, coexistiendo con la falta de coherencia de un gobierno que pretende ser su propia oposición, desconcertando a propios y a extraños. Y ello se da, en particular, en cabeza de la Vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, siempre cuestionando las políticas del gobierno que ella misma diseñó a dedo. Pero se manifiesta también en gran parte de la oposición que vocifera a la luz del día un internismo chocante, alejado de la gente y de sus necesidades.

Y si alguno debería ser el tema central del debate político son datos como los vertidos por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA:

Allí se señala que el 43% de los argentinos son pobres, unos 17 millones de compatriotas. A la mitad de ellos, lo que ganan no solo no les alcanza para cubrir las necesidades básicas sino que le faltan cloacas, salud, educación e incluso viven hacinados, particularmente en los conurbanos. De los que trabajan en blanco, el 30% no llega a la canasta básica. Ni hablar de los que están en negro, que sobreviven en condiciones deplorables.

Creemos que estos temas –que deberían avergonzarnos como argentinos- deben lograr que se depongan odios y rencores: mirarse en el espejo de nuestra ejemplar Selección Nacional de Futbol, reparando tanto en la coordinación y en sus destrezas técnicas como en su desempeño humano como equipo de profesionales que se respetan, que se apuntalan unos a otros, representando honrosamente a nuestro país.

Es hora que nuestros políticos –oficialistas y opositores diversos- nos conmuevan como la Selección, dando ejemplos de transparencia y resultados tangibles. Que logren consensuar una hoja de ruta, direccionando al país en la senda del desarrollo, de la mejoras en la distribución del ingreso, del crecimiento del mercado interno y del mercado externo, fomentando el trabajo genuino en toda la geografía patria.

En esta magna tarea patriótica, seguramente encontrará a la mayoría de los ciudadanos, cada uno desde su lugar y de acuerdo a sus posibilidades, aportando su granito de arena.

 

 

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