HISTORIAS BONAERENSES: Conocé al gaucho de Pehuajó que cruzó el país a caballo

Montando su caballo y acompañado por una perrita, un vecino de Pehuajó logró una hazaña increíble recorriendo el país de punta a punta

Con 57 años y dos hernias de disco a cuestas, Gerardo “el tigre” Medina, decidió emprender la aventura de su vida: ni más ni menos que atravesar de punta a punta la Argentina montando a caballo.

El hombre, oriundo del partido bonaerense de Pehuajó, hizo caso omiso de las advertencias de su médico, quien le había sugerido cancelar la arriesgada odisea explicándole que el hecho de pasar tantas horas arriba del caballo le repercutiría directamente sobre su cadera y espalda; y finalmente partió el 25 de mayo de 2014 desde la provincia de Salta con más dudas que certezas, dudando si su físico y el de sus dos caballos (Gato y Fantasma) podrían resistir semejante recorrido.

«Yo pensaba salir de Jujuy, pero hubo alguna luz de peligro que se me encendió, algún tipo de presentimiento de alerta, así que decidí salir de Salta, donde tenía bastantes amigos y además podía hacerle una guardia de honor al General Güemes en el monumento de la ciudad de Salta», comenta en diálogo con INFOCIELO el Tigre Medina, que se enorgullece al hablar sobre las gestas patrióticas de los héroes nacionales y sobre el rol de los gauchos argentinos: «Yo quería hacer honor a los caballos y a los gauchos que iban al frente defendiendo su territorio y que construyeron este gran país que tenemos».

La travesías no fueron nada improvisadas: «En el 2002 arranqué en vehículo a hacer los caminos por el país», cuenta Medina, que tardó 10 años en trazar los posibles caminos para determinar cuál sería el trayecto que seguiría más tarde a caballo; y se demoró otros 2 para plantearle a su esposa, y madre de sus 3 hijos, que realizaría esa descomunal hazaña.

«Ya tenía listos los libros con las direcciones y tenía decidido cuál era el camino que iba a hacer, entonces le dije a ella que el 25 de mayo 2014 iba a salir a caballo», recuerda el gaucho de Pehuajó, que se dedica a vender los vinos que él mismo produce, «estuve 10 años ahorrando sin decirle nada a nadie para que, cuando yo decidiera arrancar, pudiera cubrir económicamente a mi familia, como si yo estuviera en la casa».

A lo largo de esa década previa recorrió en auto las distintas ciudades, pueblos y parajes de cada provincia por la que luego pasaría, para escuchar las sugerencias de sus lugareños y para tratar de conseguir lugares que le sirvieran de posta, donde él y sus caballos pudieran pasar la noche.

«Iba andando y, cada 30 kilómetros, que era lo que yo tenía pensado hacer a caballo por día, paraba en las tranqueras y me metía en los campos para preguntar si me iban a dar permiso para frenar ahí, para que mis caballos también pudieran comer, descansar y seguir», relata Medina que intuye que la mayor cantidad de personas le dijo que sí porque pensaban que nunca volvería, «me acuerdo que, cuando finalmente fui a uno de estos lugares 3 años después, una nena fue a llamar a su padre cuando me vio arriba del caballo y no lo podían creer. El hombre me miraba con los ojos grandotes y después empezó a sonreír y a preguntarme ‘¡cómo vas a venir a caballo desde allá!´».

En un primer viaje, conectó a caballo la ciudad de Salta con su Pehuajó natal y, al haber podido finalizar con éxito ese primer recorrido de casi 2 mil kilómetros, decidió ir por más, Fue así que se trasladó hasta La Quiaca, provincia de Jujuy, para poder completar el trayecto del norte del país hasta Pehuajó, pero Medina arrancó con el pie izquierdo y quedó internado luego de que lo agarrara una importante tormenta de agua nieve en el municipio jujeño de Yala. Mientras que un vecino del lugar a quien no conocía, se hizo cargo de los caballos y se ocupó de comprar los remedios, el gaucho permaneció internado durante 5 días hasta que se repuso y decidió continuar su camino.

Al llegar a Pehuajó, el Tigre Medina se preparó durante un tiempo para lo que sería su reto más difícil: completar el recorrido del mapa hacia el sur del país y finalmente cumplir con su objetivo de unir la Argentina de punta a punta cabalgando en el mismo caballo.

El último tramo del viaje duró 7 meses y medio, en los cuales cabalgó desde Pehuajó hasta Santa Rosa, La Pampa, continuando hacia el sur de la provincia hasta llegar a Río Negro; luego Neuquén y finalmente Bariloche. Allí se encaminó hacia la Cordillera de los Andes hasta llegar a Chubut y posteriormente a Santa Cruz. Para llegar a Tierra del Fuego debió cruzar 12 kilómetros de mar con los caballos cargados en un camión y luego siguió camino a caballo hasta Ushuaia, a donde llegó el 31 de marzo, el mismo día de su cumpleaños y fue recibido por un grupo de veteranos de Malvinas y otras personas que iban siguiendo su recorrido a través de los medios de la zona.

A lo largo de la odisea de alrededor de 7500 kilómetros, Medina no contó únicamente con el acompañamiento de Gato y Fantasma, sus dos caballos; también se sumó una perrita a la que bautizó «Pampa y Cielo» tras haberla encontrado justamente en esa provincia, que siguió el paso del viajero hasta Ushuaia y que luego regresó con él hasta Pehuajó.

A medida que el gaucho aventurero del siglo XXI, avanzaba cabalgando, su camioneta y su casilla, donde llevaba provisiones, se iba trasladando, siguiendo su paso. ¿Magia? ¿Tecnología de punta? No. Él mismo le confiaba la llave de su vehículo a personas que iba conociendo en el camino, a quienes les pedía que la dejaran estacionada en algún lugar cercano a la zona del siguiente punto de descanso que había estipulado en su itinerario.

«Como no tengo chofer, cuando iba por caminos caminos de tierra o costeando la ruta, le hacía dedo a los que pasaban por ahí y les pedía que me llevaran la camioneta. Generalmente se sorprendían y no entendían nada, pero después me ayudaban», dice Medina y asegura que más de 170 personas estuvieron al volante de esa camioneta. A todos ellos los anotó con nombre, apellido y lugar donde lo ayudaron, en su libro de viajes, donde dejó escritas todas sus vivencias y recuerdos de los viajes.

«La gente es lo mejor que nos pasa. La gente del Interior es genial. Este país y su gente son una maravilla, solo hay que andar a caballo para darse cuenta», asegura el Tigre Medina y considera: «Lo mejor que me pasó en el viaje fueron los paisajes y la gente».

Tampoco se olvida que también le tocó cruzarse con gente peligrosa que intentó robarle en varias ocasiones: «En la Cordillera me encontré con unos tipos bravísimos que, afilando sus facones, me dijeron ‘yo quiero el recado´, ‘yo quiero el poncho’, y se me venían; entonces tuve que sacar el revólver para asustarlos porque vos los dejás que se acerquen a 6 metros y te deshuesan».

El paisano bonaerense señala que la experiencia del viaje le permitió darse cuenta de que hubo algo que lo fue protegiendo en todo momento: «Yo tenía la sospecha antes, pero comprobé que Dios existe, si no, no hubiera podido sobrepasar situaciones en las que me veía arrinconado».

Uno de esos momentos fue en la Cordillera de los Andes, en donde se perdió en 3 ocasiones, a pesar de haber seguido a rajatabla las instrucciones y las recomendaciones de los lugareños. «Un hombre me dijo que la montaña la tenía que subir siempre por arriba, nunca faldearla porque desde arriba se ve el cruce a la siguiente montaña y que si la bordeaba, desbarrancaba con caballo y todo», cuenta Medina y agrega: «También me dijo ‘si te perdés acá en la Cordillera no Salís más, así que nunca pierdas la forma de las montañas’, y eso traté de hacer hasta que pude encontrar el rumbo».

A pesar de todo, no se arrepiente de nada y comenta: «Cuando decidí hacer este viaje, salí de mi casa decidido a perder la camioneta, la casilla, los caballos y mi vida si era necesario porque la vida es una sola y los días se pasan rápido». El último camino del Tigre fue en 2019 y nuevamente hacia el norte, pero en esa ocasión, decidió ir por el Este y unir Misiones, Corrientes, Chaco y Formosa, con Salta. La pandemia de Coronavirus estropeó sus planes para este 2020 porque debió postergar su última cabalgata.

«Me falta recorrer solo Entre Ríos, que la iba a visitar el 17 de agosto, pero se tuvo que postergar para el año que viene. Voy a hacer todo Entre Ríos, Parte de Santa Fe y después voy a llegar a Buenos Aires, a la Plaza San Martín de Retiro», detalla Medina y bromea: «Si me muero no salgo. Esa es la única manera de que no salga».

 

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