El Gobierno nacional adelantó que trabaja en la planificación de subsidios en la energía para los sectores de más bajos recursos del país.
El secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, sostuvo que el Gobierno trabaja en un nuevo esquema de subsidios de energía destinado a los sectores de más bajos recursos. El plan llega luego de que se confirmara que desde diciembre se terminará con el congelamiento de precios en la electricidad y el gas.
El funcionario nacional, dijo que «se está haciendo un trabajo muy importante para hacer más eficiente el esquema de subsidios» y que la pandemia «nos ha dado herramientas como Estado para atender en forma ágil y rápida a los que peor estaban».
«Esto nos va a permitir usar esa base de datos para dar un subsidio más eficiente y poder llegar de una forma más individualizada a aquel que no puede pagar la tarifa», aseguró en declaraciones a Radio 10.
A su vez, manifestó que esto ocurrirá «independientemente de que se salga del esquema o no del esquema de tarifas congeladas», con vigencia al 31 de diciembre, y que el objetivo es que «aquel que sí pueda pagarla va a tener que ir acercándose al costo de la misma».
«Estamos trabajando, pero va a tener que ver con cómo se recupera la economía en este período y como se recupere o no el consumo de los argentinos», expresó y añadió que que «la intención es que un vecino o una vecina no tenga que dejar de consumir otros bienes y servicios para poder pagar la energía».
Los subsidios a la energía llegarán para acompañar a los sectores más pobres del país
Los subsidios a la energía llegarán para acompañar a los sectores más pobres del país
Más adelante, Martínez celebró el acuerdo del Plan Gas lanzado la semana pasada y consideró «da certezas, previsibilidad y un horizonte a los trabajadores, a las pymes y a la industria, para que las inversiones sirvan para generar gas argentino con trabajadores argentinos».
En ese sentido, dijo que se está proyectando producir 18.000 millones de metros cúbicos de gas en tres años, lo que permitiría un ahorro de US$ 5.600 millones que se hubieran destinado a la importación de gas para producir energía. «El ahorro fiscal será de US$ 2.500 millones en cuatro años y una inversión del sector privado de US$ 5.000 millones que queremos que vaya a la generación de más trabajo y a frenar el decline de la producción, que, si no lo frenamos, va a demandar más importación», afirmó.
En cuanto a los precios de combustibles, señaló que «hay un dialogo permanente con las empresas» pero que «la industria tiene que entender que le mejor precio del combustible es aquel que pueden pagar los argentinos».
«Es un equilibrio donde hay que buscar un punto de satisfacción para que el inversor pueda invertir y ganar, pero que el impacto en el bolsillo de los argentinos no sea tan grande», aseguró el secretario de Energía.