Hacia la 1.30 del domingo 9 de febrero de 2020 en el descanso de la escalera del monoblock 9 del barrio Jardín, Enzo estaba con otros cuatro chicos. Uno de los jóvenes presentes tenía en su poder un revólver calibre 32, y se lo estaría mostrando a los otros. Mientras manipulaba el arma, se le habría escapado un tiro que hirió mortalmente a Enzo Marconi a la altura del tórax. Pocos minutos después murió al llegar al Hospital Municipal.
Por la muerte fue acusado un joven de 19 años quien inicialmente quedó aprehendido por «homicidio culposo», pero fue liberado al día siguiente.
Es que la investigación, a cargo de la fiscal Paula Serrano de la UFI Nº 4, estableció que la muerte ocurrió de manera accidental cuando al acusado se le escapó un tiro que dio en el pecho a la víctima. El revólver fue secuestrado en el domicilio de un familiar del acusado pocas horas después de la muerte del adolescente.
La familia de la víctima inició una serie de reclamos para lograr la detención del acusado que se sostuvieron a largo del año y que hasta ahora fueron infructuosas. «Esta persona disparó y lo mató, eso no fue un accidente» dijo la madre del joven asesinado quien ha sostenido esa misma postura a lo largo de todo este tiempo.