Hace 52 años, otro 29 de mayo, la Córdoba tranquila, fue un polvorín. Lo que empezó como el reclamo por el sábado inglés, derivó en una rebelión popular, donde obreros y estudiantes hicieron causa común para enfrentar la dictadura de Ongania y que derivó luego en su caída.
Más adelante, otras puebladas provinciales contribuyeron a la caída de los dictadores que sucedieron a Onganía, Levingston y Lanusse. Este último se vio forzado a una salida civil con las eleciones de 1973 que, no obstante, mantuvieron la proscripción de Perón. Recien el 23 de septiembre de 1973, en otras elecciones (luego de la renuncia de Cámpora), se logró que las elecciones democráticas alcanzaran su plena legitimidad, consagrando el triunfo de Peron con el 62% de los votos, (el 12% de los cuales lo sumó la boleta 14 del FIP).