La Justicia rechazó excarcelar a los cinco policías detenidos por la muerte de Daiana Abregú, ocurrida hace dos meses en la seccional de la ciudad bonaerense de Laprida, ya que considera clave contar antes con los resultados de peritajes complementarios realizados al cuerpo de la joven, que estarán listos para la semana próxima y permitirán conocer el mecanismo asfíctico mediante el cual falleció.
Mientras la familia de Abregú, representada como particular damnificada en la causa por el abogado Sergio Roldán, está convencida de que Daiana fue asfixiada por efectivos cuando estaba detenida en la comisaría por causar disturbios en la vía pública; los cinco imputados aseguraron que se ahorcó con su propia campera atada a una reja.
No obstante, los sospechosos se encuentran por el momento presos y acusados de «homicidio doblemente agravado por su comisión con alevosía y por tratarse de miembros de la fuerza de seguridad policial en abuso de sus funciones», luego de que la jueza de Garantías 1 de Olavarría, Fabiana San Román, rechazó en los últimos días un pedido de excarcelación presentado por sus defensas.
Ante «la existencia de los peligros procesales de elusión de la Justicia y entorpecimiento probatorio que contempla la normativa procesal», la magistrada resolvió denegar el pedido para que los policías Vanesa Núñez, Juliana Zelaya, Adrián Osvaldo Núñez, Pamela Di Bin y Leandro Fhur sean excarcelados, de acuerdo al fallo al que accedió Télam.
Además, en otra resolución, la misma magistrada denegó la eximición de prisión de otra efectivo de la seccional de Laprida, Yasmina Larios, que si bien no fue detenida está mencionada en la causa, añadieron los voceros.
Mientras tanto, tras una presentación realizada por la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), el Gobierno bonaerense separó de sus funciones al jefe de Policía Comunal de Laprida, comisario inspector Marcelo Amaya; y al exjefe de la estación de la misma fuerza y ciudad, comisario Cristian Barrios; por el tiempo que se extienda la investigación penal.
Para la semana entrante, el fiscal de Instrucción especializado en Violencia Institucional de Azul, José Ignacio Calonje, espera que lleguen a su despacho los resultados de los estudios de la sangre extraída a Daiana que, entre otras cosas, podrían explicar el mecanismo de asfixia que le provocó la muerte a la joven de 26 años.
«Si se detecta un exceso llamativo de dióxido de carbono en la sangre puede significar que la víctima fue asfixiada al aspirar su propia exhalación, lo que podría significar que le colocaron una bolsa en la cabeza, que es lo que sospechamos», dijo a Télam el abogado Roldán.
También se espera que, en breve, los forenses envíen al fiscal conclusiones sobre un rastreo epitelial y análisis de fuerza sobre la campera con la que, según los efectivos, Daiana se ahorcó atándola a una reja cuando estaba detenida en la seccional. Tras contar con esos elementos, Calonje decidirá si pide la prisión preventiva de los policías acusados, para lo cual cuenta hasta el 23 de agosto próximo.
En los últimos días declararon en la fiscalía de Azul el médico de emergencias, el enfermero y el ambulanciero que acudieron a la dependencia donde Daiana fue encontrada muerta.
El médico Omar René Baquini recordó que estaba de turno en el hospital de Laprida cuando cerca de las 15.30 del 5 de junio llamaron desde la comisaría para pedir una ambulancia porque una persona estaba «ahorcada». De acuerdo al testigo, al llegar vio que el cuerpo de Daiana estaba «sobre el piso boca arriba» y había una persona que «le hacía masajes cardíacos».
El profesional recodó que hizo correr a esa persona, tras lo cual revisó el cuerpo, que «no tenía signos vitales, no tenía movimientos respiratorios y no tenía pulso», aunque aún «estaba tibio».
Baquini dijo que comenzó a realizar las tareas de reanimación de rigor, entre ellas masajes cardíacos, máscara de oxígeno e inyecciones de adrenalina, aunque la joven no reaccionaba, y que luego de realizar reiteradas maniobras, incluso con un desfibrilador, a las 16 declaró su muerte.
Consultado por la fiscalía y las partes, el médico dijo que observó en el cuello de Daiana unas «livideces muy tenues en el cuello, en la parte de adelante» y no vio otras lesiones, aunque tampoco verificó el resto del cuerpo.
Sobre cuál presume que fue el horario de la muerte, el testigo dijo que «como el cuerpo no estaba rígido, estaba flácido, no pudo haber pasado más de cuatro horas de su fallecimiento».
Las dudas sobre las causas de muerte de Daiana comenzaron con los testimonios de sus allegados que aseguraron que ella nunca se hubiera suicidado, que tenía proyectos y que, incluso, el lunes siguiente a su muerte iba a mudarse con su hijo a la ciudad de La Plata y ya tenía comprados los pasajes.
Con el patrocinio del abogado Roldán y también de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) que interviene en la causa en su carácter de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura, la familia logró que se ordene una reautopsia al cuerpo de Daiana, que puso en duda los resultados de la primera, que refería un suicidio, y que llevó al arresto de los policías.
«Hay elementos que nos pueden decir que estamos frente a un homicidio y así lo califiqué», manifestó el fiscal Calonje tras recibir ese segundo informe forense.
Es que en esa reautopsia, los forenses establecieron que en el cuerpo de la joven «se constataron hallazgos compatibles con un síndrome general asfíctico», sin que se advirtiera surco de ahorcadura, lesiones en partes blandas (músculos del cuello) ni alteraciones en laringe ni del hueso hioide, lo que descarta de plano que se haya colgado con su campera, tal como indicaba la versión policial y avalara la primera autopsia.
Ante esa nueva prueba y al describir el hecho al momento de indagar a los acusados, el fiscal afirmó que «los aquí imputados, actuaron de manera conjunta, mediante distribución de roles» y que aprovecharon «el estado de indefensión de la damnificada, por encontrarse privada de su libertad, sin posibilidad de ser asistida por terceras personas o pedir auxilio, posiblemente esposada; realizando los encartados maniobras de asfixia sobre la víctima ocasionándole la muerte».
Daiana fue hallada muerta la tarde el 5 de junio último en una celda de la Estación de Policía Comunal de Laprida, unos 430 kilómetros al sudoeste de la provincia de Buenos Aires, tras ser aprehendida cerca de las 7 de la mañana porque se encontraba alcoholizada y realizando disturbios en la vía pública.