El Gobierno trabaja en anuncios para las PYMEs. Moratorias, tasas de interés subsidiadas y financiamiento bancario para replantear la matriz productiva.
En los últimos días, el Gobierno lanzó una nueva línea de créditos para PyMES, con topes de hasta 70 millones de pesos, baja tasa de interés y un plazo de hasta 61 meses para el pago. Se trata de una herramienta más del plan para acompañar a las pequeñas y medianas empresas y replantear la matriz productiva, destruida durante la gestión de Mauricio Macri. “El objetivo es acompañar la reactivación e incentivar la inclusión financiera”, advierte Guillermo Merediz, secretario de Pymes y Emprendedores del ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, en diálogo con Infocielo.
-La verdad es que en el marco general tenemos una situación de reactivación productiva consistente en los últimos meses, pero heterogénea. Todavía hay muchos sectores que atraviesan una situación más compleja, como los vinculados a la cultura y al turismo. Hay indicadores de reactivación muy fuertes en los sectores productivos e industriales. La industria creció 4.5 puntos interanuales en noviembre, un resultado que la industria no tenía desde el 2018.
-¿Qué impacto concreto tienen esos indicadores en territorio bonaerense?
-Significa un impacto en términos de actividad industrial. Hubo un crecimiento de tres puntos y medio contra el mes anterior, números que tenía la industria en el mes de febrero, previo a la pandemia. Estamos ante un proceso de recuperación muy fuerte. Lo mismo está pasando con la construcción, que creció 6.2 en el mes de noviembre y esto muestra básicamente que la recomposición tiene que ver en gran parte con la obra pública y privada. Eso se ve en el consumo de cemento.
La reactivación está, pero no se siente en todos los sectores. “Lo que uno ve es un crecimiento heterogéneo. Es importante remarcarlo, porque algunos sectores no sienten el impacto todavía. En la provincia, sectores como el automotriz, todo lo vinculado a maquinarias y equipo de producción de minerales no metálicos por ejemplo se están recuperando. El balance del primer año, todavía muy signado por la pandemia, es positivo. El Gobierno ha trabajado a nivel nacional en articulación con la provincia de Buenos Aires para cuidar el empleo y la producción. Estamos trabajando fuerte en la agenda de la reactivación productiva”.
-Ante la llegada de una posible segunda ola, ¿se contemplan nuevas herramientas de acompañamiento ante eventuales nuevos cierres o restricción de la actividad?
-Hace varios meses que viene conviviendo una agenda vinculada al cuidado de los sectores productivos y el empleo por la pandemia. Hemos prorrogado, y esto tuvo mucho impacto en la provincia, los créditos vinculados a la cultura y al sector turístico. Se renovaron hasta el 31 de marzo para seguir con los créditos a tasa cero. Por otro lado, también está la agenda de la reactivación. En los últimos días terminamos de incorporar a 21 bancos a una nueva línea de créditos porque nos permite consolidar a nivel federal una línea de inversión productiva masiva. Son tasas subsidiadas de hasta el 25, 23 y 22 por ciento para pymes; con beneficios para aquellas que tengan mujeres en su conducción.
-¿Qué impacto tiene para una pyme bonaerense el avance en la inclusión financiera?
-Es muy importante para la inversión productiva que en la Argentina del 2019 no existía. Las pymes antes se financiaban con tasas que en muchos casos superaban el cien por ciento. Recuperar no sólo una tasa de interés razonable, sino además sostener este esquema con períodos de gracia y plazos de devolución permite pensar inversiones más importantes de hasta 70 millones de pesos. Ya son inversiones de mayor envergadura, como la compra de maquinaria y tecnología para poner en marcha nuevas líneas productivas. Estamos pensando no sólo en sostener el empleo de esta forma, sino recuperarlo. Uno de los temas que las empresas tenían en agenda como cuestión central tenía que ver con la agenda laboral. Transitamos un año no sólo con la crisis que generó la pandemia de coronavirus. Hay que recordar que el punto de partida de la gestión fue una profunda crisis. Por lo cual, fue todo un proceso de desequilibrio que hubo que ordenar.
“La renegociación de la deuda, la agenda con el Fondo Monetario Internacional se complementa con la agenda del financiamiento y la producción. Hubo que estructurar un esquema de tarifas de servicios alineados a la capacidad de consumo. Durante el Gobierno anterior, fueron muchas empresas que dejaban de producir porque no podían afrontar el costo de las tarifas”, recuerda Merediz.
-¿Qué lugar tiene la pandemia en la agenda productiva?
-Todo se relaciona. Este año, el Gobierno trabajó mucho para cuidar el trabajo y la producción. Es por eso que se puede avanzar en una agenda de reactivación productiva. Los números muestran con contundencia que se encuentran en los niveles previos a la pandemia. Hay que seguir cuidando a las personas y a los trabajadores, pero estamos en un momento bisagra como señaló el jefe de Gabinete. La Argentina ya comenzó un proceso de vacunación, el más importante de la historia de nuestro país. Hay que seguir profundizando la agenda de cuidados.
-¿Cuáles son los puntos centrales de la agenda de reactivación productiva?
-El ministro Kulfas viene trabajando de manera más estratégica para que la Argentina recupere una política industrial, similar a la que tienen los países más desarrollados que son los que garantizan mejores niveles de vida, expresados en los indicadores como el producto bruto per cápita. El país había perdido con Macri la agenda de la política industrial. Durante esos años se liberalizó la agenda económica. Se dañó fuertemente al entramado productivo, en particular a las Pymes. Estamos trabajando en un proceso de industrialización fortaleciendo las cadenas de desarrollo de valor del país.
-La “independencia productiva” permitió fabricar respiradores, barbijos y material sanitario en tiempos en donde conseguirlo en los mercados internacionales era muy complicado y costoso.
-No es un punto menor. Esas mismas industrias tan dañadas en los últimos años, han demostrado una inmensa capacidad productiva durante esta pandemia. No todos los países pudieron producir respiradores o tener soluciones productivas y tecnológicas para el equipamiento médico. Hemos acompañado el desarrollo del suero equino con el Conicet, las universidades públicas y un grupo de empresas que participó con fondos privados. Eso demuestra la capacidad de un país de insertarse de una manera inteligente en este siglo. Tenemos que recuperar la agenda de comercio con el mundo, que tendrá las particularidades lógicas de la pandemia.
-¿Cuál es el principal desafío hoy para la reactivación productiva?
-El desafío concreto que plantea con toda claridad la agenda del ministro es industrializar, generar valor agregado de exportación de nuestra producción; atendiendo la situación de las pymes. Hemos modificado en las últimas semanas buena parte de la agenda de los derechos de exportación y reintegros con un foco muy claro y concreto: incentivar la generación de valor agregado. Hemos puesto en marcha instrumentos y herramientas para mejorar el diseño y mejorar la eficiencia energética, entre otras.
La Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedores que conduce Merediz ejecutó el año pasado más de cien mil millones de pesos en medidas de asistencia. En el 2018, sin ninguna crisis sanitaria, el presupuesto fue de $3.800 y en 2019, año electoral, se redujo a $3.500. A ese escenario hay que sumarle los casi 50 puntos de inflación.
“El Gobierno anterior tenía un discurso ‘pro empresa’ que en realidad las dejó en una situación muy compleja. Ese también es parte del problema que tenemos, porque las empresas no entraron a la pandemia en una buena situación. Lo hicieron golpeadas, endeudadas, con un nivel de consumo que bajó por la caída del salario y un aumento del tres mil por ciento de los servicios públicos. Se aumentaron las importaciones y se redujo la capacidad de comercialización de las Pymes”, recuerda el funcionario.
-¿Cuál fue el rol del Banco Provincia durante esos años?
-Había promociones durante la gestión de Macri que promovían y financiaban la importación de productos asiáticos. Les decían a las pymes: ‘No produzcas, es más rentable comprarlo en China’. Esa era la línea que el banco promovía. Hoy tenemos a 25 bancos que participan de las nuevas líneas de crédito y esperamos sumar más en los próximos días. El foco hoy es la producción nacional, que las empresas no sólo puedan incorporar tecnología y maquinaria; sino que además sean productivas porque son nacionales. Es un circuito y hay que cambiar el círculo vicioso de los últimos años. Es un desafío en un momento muy complejo, con un escenario de mucha incertidumbre todavía por la pandemia.
-El “impórtalo de China” terminó generando situaciones como la importación forzada de jeringas, un insumo que se solía fabricar en el país y que en los últimos años dejó de producirse por el costo de las tarifas.
-Hubo que salir a buscar jeringas, esa es la foto más clara del impacto que tuvieron las políticas de Macri. El 20 de marzo el Gobierno decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio. El primero de abril ya teníamos activo un programa en el ministerio para promover una línea de financiamiento a tasas del doce por ciento en cuotas fijas para que las pymes, los laboratorios y las universidades pudieran producir los insumos y las soluciones productivas.
-Esa reconversión muestra el potencial del país, en comparación con otros que se vieron obligados a importar los insumos
-Estoy en contacto permanente con otros secretarios o referentes productivos de la región y se daba ese cuadro de situación. Producir respiradores en la primera etapa de la pandemia, cuando todo era incertidumbre y todavía no se sabía la dimensión, ni los tiempos, ni cuándo iba a haber una vacuna no es sencillo. Lo que queda claro es que la industria no puede producir de un día para el otro o montar una fábrica de respiradores en tiempo récord. La Argentina pudo hacerlo. Hubo un acompañamiento del Estado, pero había una capacidad previa, una densidad empresarial y una agenda de organismos científicos y tecnológicos que acompañaron.
-¿Cuáles son los objetivos de cara a este también incierto 2021?
-El jefe de Gabinete lo dijo: es un momento bisagra. Tenemos que seguir encarando la agenda de la pandemia, pero en la parte productiva el desafío es transitar una reactivación productiva y que las empresas puedan avanzar con la producción, ampliar el empleo, alcanzar la transformación digital y avanzar centralmente en una agenda de desarrollo exportador. Es imperioso producir localmente y que no haya necesidad de importar. Que sean productos de calidad, buen precio y con condiciones competitivas de mercado. El otro desafío es exportar, que es la contracara de producir con competitividad para exportar productos de calidad. Va a ser en definitiva una solución para la macro economía. En ese sentido, el desafío es seguir trabajando en la reactivación productiva. La industria del país y de la provincia se está poniendo de pie en el marco de una situación muy compleja.