En un contexto de malestar y tensión, la advertencia del gobernador Axel Kicillof y su ministro Sergio Berni surtió efecto para desactivar las protestas de la Policía Bonaerense.
En un principio, las sanciones habían alentado a un grupo de policías retirados y molestos a adelantar las protestas. “Quieren desafectar a estos efectivos cuando, el año pasado, en el petitorio firmado y sellado quedaba claro que no se iba tomar ninguna sanción disciplinaria contra el personal. Esto complica todo. Cambia la situación”, señaló el ex comisario Hugo Lima al portal Cuatro Vientos.
Las palabras de Kicillof pesaron más puertas adentro de la Bonaerense. El Gobernador manifestó que la Provincia se comprometió y realizó un esfuerzo para mejorar los salarios policiales en medio de la pandemia. «No es que lo dijimos, lo realizamos y nos propusimos un camino de recuperación salarial”, advirtió y pidió la colaboración de los agentes.
Aunque las manifestaciones se anularon, el clima mantiene la tensión. Berni sostiene en sus manos el futuro de los 400 agentes retirados de la Policía Bonaerense, que cobrarán el 50% de su sueldo hasta que se defina su situación. No fueron desafectados, sino que se los retiró del servicio. «No tienen trabajo, no pueden portar armas. De los que están siendo evaluados, se analizará en profundidad cada caso para ver la sanción definitiva», aclararon fuentes del Ministerio de Seguridad.