El canotaje tiene el contacto con la naturaleza como pocos. Y tiene un componente de superación personal constante, porque sos vos sólo con un kayak y una pala”, explicó Cáceres a AAD. Él comenzó a remar a los 11 años en su ciudad natal. Su mejor versión se lo ve en las pruebas por equipo, ya sea en K2 o K4 donde fusionando o armando ambos botes le deja “una muy linda sensación”.
El canotaje tiene el contacto con la naturaleza como pocos. Y tiene un componente de superación personal constante, porque sos vos sólo con un kayak y una pala”, explicó Cáceres a AAD. Él comenzó a remar a los 11 años en su ciudad natal. Su mejor versión se lo ve en las pruebas por equipo, ya sea en K2 o K4 donde fusionando o armando ambos botes le deja “una muy linda sensación
Sin embargo, la vida lo puso a prueba. A los 16 años, cuando entrenaba con la Selección Argentina de Cadetes para ir a un Sudamericano, un electrocardiograma de esfuerzo le detectó una patología en el corazón. Por suerte para él ya se olvidó del asunto por la ablación del mismo. “Hoy del corazón estoy bien. Siempre me hago chequeos de rutina para descartar cualquier cosa”, contó.
A raíz de eso, fue operado, en primera instancia, dos veces en un hospital. Aquí los médicos le propusieron una vida “normal”, pero debía alejarse de su pasión. “En mi cabeza no entraba lo que me decían, por eso seguimos buscando otras alternativas y la encontramos”, expresó. Y así fue. Una nueva consulta, en otro nosocomio, detectó el origen y le diagnosticaron el “Wolf Parkinson White”. Nuevamente dos intervenciones quirúrgicas que le permiten hoy seguir en el agua. “Las cosas se dieron así porque tenían que serlo, pero me dejo la enseñanza de no bajar los brazos fácilmente, seguir intentando”, valoró Cáceres.
Tras años de luchar y luchar, le llegó el premio. En 2016 fue atleta olímpico en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro. Junto a Daniel Dal Bo, Gonzalo Carreras y Pablo De Torres, fueron partícipes del K4 1000 metros, siendo duodécimos en la general (El podio lo integraron Alemania, Eslovaquia y República Checa). “Fue hermoso, fue un proceso de aprendizaje y de vivir un evento deportivo único en el mundo, y lo disfruté muchísimo, competimos bien con todo lo que teníamos y eso también me dejo contento”, recordó Cáceres. Los próximos, ya sabe, serán en París en el 2024, a lo que añadió: “Me encantaría, para eso estoy trabajando. Volver a unos Juegos Olímpicos es un sueño”.
Por último, consultado sobre una visión a corto plazo, indicó sentirse bien tanto física como mentalmente. “Quiero disfrutar e ir día a día y ya veré a donde me lleva este camino”, agregó.