La Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores difundió un informe para «transparentar» las distintas etapas que componen el precio de la carne vacuna.
En plena pandemia, uno de los puntos críticos del mercado interno es la formación de precios y sus valores agregados. Dentro del sector de la carne reinó el optimismo dado por una aparente estabilidad de precios de carne vacuna producto de las firmes exportaciones a China y el despegue de las salidas a Estados Unidos.
La Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA) quien elaboró un informe que tiene como principal objetivo el de transparentar las distintas etapas que componen el precio de la carne vacuna, que llega cada día a la Mesa de los Argentinos.
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Asimismo se afinó la mirada hacia los principales indicadores del sector. En primer lugar, los precios que, según el informe, en las categorías del consumo mostraron cierta tendencia a la baja en el último mes, en respuesta a una mayor oferta en el Mercado y a la debilidad del consumo interno.
A su vez, en vacas se observa una importante recuperación de precios en septiembre, dado por una demanda sostenida y una menor oferta por cuestiones estacionales.
Este precio de la carne que si bien se forma como en cualquier mercado, por la interacción de la oferta y demanda, se explica de una manera secuencial. En este sentido, el trabajo de CAMyA detalló la secuencia de la formación de precio: mercado de hacienda – matarifes – carnicerías. En primer lugar, el resultado de los remates de la última semana en el Mercado de Liniers.
En la etapa del matarife el precio por kilo de carne será entonces de 205,50. A lo que se adicionan costos de faena, distribución e impuestos. Se considera un novillo de 360 kg, del cual se obtienen 205 kg de carne (57%).
Tras la etapa matarife, al precio de la carne se le adicionan costos de faena, distribución e impuestos.
Tras la etapa matarife, al precio de la carne se le adicionan costos de faena, distribución e impuestos.
En la tercera etapa de la secuencia de formación de precios de la carne, se encuentran las carnicerías, y la conclusión a la que se arriba multiplicando el peso de cada corte por su precio en la carnicería se obtienen $30.365. Restando el pago de la media res, quedan en la carnicería $6.941 por media res trabajada, con lo que se deben cubrir costos, impuestos y rentabilidad del carnicero.
El informe además contempló que el consumo aparente de carne bovina se estima en los 50,15 kg por habitante por año, un 1,3% por debajo de la estimación para 2019. Y consideró la firmeza de las exportaciones, ya que entre enero y agosto se exportaron 560.175 toneladas equivalente res con hueso, lo que representa un aumento del 14% con respecto a igual período de 2019.
Puntualmente, las destinadas a China que concentró el 73% de las exportaciones argentinas de carne bovina. CAMyA destacó también el despegue de las exportaciones a Estados Unidos, que pasaron de 820 toneladas en los primeros 8 meses del 2019 a 18.000 toneladas en el mismo período de 2020.