Pasada la primera vuelta de las cruciales elecciones en Brasil se han develado muchas incógnitas, pero no la esencial: quien conducirá el país los próximos 5 años.
La principal encuestadora de Brasil (Datafolha) acertó exactamente en el 48 % que sacó Lula, pero no en anticipar la espectacular elección que hizo Jair Bolsonaro.
Cabe destacar que los legisladores y, en muchos casos, los candidatos a gobernadores de la coalición oficialista, hicieron mejor elección que el actual Presidente. Así, gane quien gane el 30 de octubre, se encontrará con un Congreso en manos del centroderecha.
Desde junio, con la disminución de los impuestos impulsada por los analistas de Bolsonaro, la inflación se frenó y llegó a deflación. El acumulado de 8 meses de 2022 es del 4,3%.
Esa inteligente decisión de Planalto, acompañada por la suba del Bolsa Familia y aceptada a regañadientes por el superministro de Economía, Paulo Guedes, ha llevado a muchos independientes e indecisos a acompañar al oficialismo.
Es de señalar que las medidas descritas no han afectado el superávit fiscal de nuestro gigantesco vecino. En dos semanas se conocerán los índices de septiembre, pero el electorado ya sabe que los precios siguen bajando, lo ve cada vez que hace las compras.
Los pueblos votan por cómo les va en su vida, individual y familiar, muy pocos lo hacen por ideología. También muchos votan contra Bolsonaro o Lula, más que a favor de uno de ellos. La diferencia entre ambos fue del 5%. El 21% se abstuvo.
Qué harán tantos millones de brasileños más los que votaron a otros candidatos en la instancia decisiva del 30 de octubre es un misterio difícil de develar.
Los mercados sospechan que puede ser Bolsonaro. Por eso la fuerte suba de las acciones de las principales empresas y la revaluación del Real.
A los políticos argentinos les queda una lección, que no deberían desaprovechar: en las colas de la feria o del supermercado no se discuten las ideas de Adam Smith o de Carlos Marx; se habla de lo difícil que es llegar a fin de mes, de precios, inseguridad y corrupción.
Brasileños y argentinos somos muy distintos, pero al momento de votar, lo hacemos por razones muy parecidas.
Texto publicado en INFOBAE.
Ex vicepresidente de la Nación y ex ministro de Relaciones Exteriores en AM 1210