Fieles de Cristina Kirchner temen que una derrota en septiembre desbande al peronismo bonaerense. Dan por hecho que los libertarios y el PRO irán juntos. El contraste del 25 de Mayo.
Todavía no se sabía nada de la cena secreta entre Javier Milei y Cristian Ritondo en Olivos, pero Cristina Kirchner dio luz verde para un último pedido, in extremis, a Axel Kicillof para que dé marcha con el desdoblamiento de las elecciones. Descontando que La Libertad Avanza y el PRO van a ir juntos, ella teme una desbandada del peronismo bonaerense. El reclamo chocó con la negativa cerrada del gobernador. “Puede ser un desastre si tenemos una doble derrota”, dijeron en el entorno de la presidenta del PJ.
En las últimas horas, se acumularon una serie de noticias políticas de alto impacto. La victoria rotunda de Manuel Adorni en las elecciones del domingo pasado reacomodó las piezas en el tablero. Mauricio Macri facilitó las cosas con su silencio, su viaje a Europa y el chat de felicitación por la victoria.
El peronismo es un espectador impotente y hay un fenómeno Puerta 12 silencioso. pero que luce imparable. La confederación de caudillos provinciales actúa sin permiso del Instituto Patria. Los gobernadores juegan su partido, definen las fechas de las elecciones y operan en el Congreso indiferentes a los deseos de CFK. En esa lógica también está Kicillof y la liga de intendentes que tienen como objetivo despegarse de tutelajes y atavismos.
Frente a ese escenario de estampida peronista, en el arco anti K hay fuerzas y voluntades que empiezan a alinearse. Los protagonistas hicieron los deberes para eso. Mauricio Macri dejó la escena y puso en manos de Cristian Ritondo las negociaciones finales para llegar a un acuerdo que disipe las disidencias. El ex presidente se fue a Europa y le mandó un chat a Milei que desactivó las resistencias. Todo se encamina a construir un frente común entre La Libertad Avanza y el PRO para las elecciones locales, con el compromiso de que en octubre habrá boleta violeta.